Lección num. 2 - La emergencia de la ciencia moderna experimental

El "feedback" del progreso científico

¿Cómo concebir concretamente la retro-alimentación (feedback) que el progreso científico comunica a los supuestos filosóficos generales de la ciencia moderna? De diferentes maneras.

Considerando que la racionalidad e inteligibilidad de la naturaleza constituyen supuestos ontológicos básicos que en su origen estuvieron estrechamente relacionados y apoyados por la matriz cultural cristiana que favoreció el nacimiento de la ciencia moderna en el siglo XVII, la cosmovisión científica actual retro-justifica ese supuesto, porque muestra que la naturaleza no sólo posee racionalidad y orden, sino que posee un alto nivel de organización que incluye la existencia de niveles entre los cuales se da continuidad, gradualidad y emergencia. Por tanto, el progreso científico amplía el contenido del supuesto ontológico inicial. Y además lo precisa: introduce la dimensión procesual, evolutiva, emergente, que anteriormente era prácticamente desconocida y que tiene una enorme importancia para el conocimiento de la naturaleza.

Desde el punto de vista epistemológico, se entiende que la persona es el único ser viviente capaz de realizar ciencia, por la sencilla razón de que puede combinar sensibilidad y racionalidad. En efecto, ya que en la ciencia se formulan teorías tal que sea posible someterlas a pruebas experimentales, estas últimas sólo podrán llevarse a cabo si tenemos un plan racional para realizarla y para interpretar sus resultados. En este sentido, ni el empirismo ni el idealismo son capaces de dar razón de la existencia y del progreso de la ciencia experimental. Y precisamente aquí encontramos una retro-acción del progreso científico sobre los supuestos epistemológicos que le sirven de base, ya que termina siendo compatible con un determinadas posiciones filosóficas, pero incompatible con otras.

Ahora bien, considerando la creatividad científica como un factor estrechamente relacionado con el progreso científico, éste al final retro-justifica el supuesto inicial que se refiere a la capacidad humana para conocer el orden natural, y además, amplía y precisa ese supuesto. Lo amplía porque manifiesta nuevas modalidades de nuestro conocimiento que antes sólo existían como posibilidades o capacidades no actualizadas. Y lo precisa porque eventualmente permite corregir ideas demasiado estrechas, primitivas o unilaterales acerca de las posibilidades del conocimiento humano.

Desde el punto de vista antropológico, que el progreso retro-justifica el doble objetivo de la ciencia experimental, resulta obvio para quien fije su mirada ante los logros científicos. Si pusiéramos en una lista los conocimientos y tecnología que poseemos acerca de la naturaleza, comprobaríamos que la mayoría de ellos han sido alcanzados gracias al desarrollo de las ciencias, transformado completamente nuestra visión del mundo y nuestras propias condiciones de vida.

Aquí es importante precisar que cuando nos referimos al hecho de que el progreso científico retro-justifica los objetivos de la ciencia, no pretendemos decir que los justifica moralmente, sino sólo de modo fáctico: o sea, que muestra la posibilidad de alcanzarlos. En este sentido, las profecías de Bacon sobre el impacto de la nueva ciencia sobre la vida humana se han cumplido con creces, y esto muestra que el progreso científico amplía el ámbito de los objetivos científicos, ya que nuestro conocimiento y dominio de la naturaleza siempre son muy limitados y siempre pueden aumentar.

El progreso científico precisa los objetivos de la ciencia a través de dos aspectos: los cánones éticos promovidos por la ciencia, y las nuevas responsabilidades ante las cuales nos sitúa el progreso científico. En cuanto al primero, podemos afirmar que la actividad científica conlleva todo un conjunto de valores éticos y que su progreso contribuye fuertemente al fomento de los mismos: la búsqueda de la verdad, el rigor que todo ello implica, la modestia intelectual, la capacidad crítica y la cooperación con otros investigadores. Y en cuanto al segundo aspecto corresponde a las nuevas responsabilidades ante las cuales nos sitúa el progreso científico. En efecto, la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas nos sitúan continuamente ante nuevos horizontes éticos que exigen de nosotros decisiones responsables. Se trata, probablemente, de uno de los retos más importantes que debe afrontar la civilización actual.

Es importante tener presente que muchos de supuestos antropológicos, durante la emergencia de la ciencia moderna, también fueron motivados por claras convicciones teístas. Un caso muy significativo es el ya mencionado filósofo Francis Bacon, quien inspirado en una cosmovisión de tradición calvinista, propone una "gran restauración" del poder que tenía la humanidad sobre la naturaleza (perdida por el pecado original), además de concebir la investigación científica como una obra de "caridad" en beneficio del ser humano y grata a Dios. En este sentido, resulta interesante que años más tarde, en la carta de constitución de la Royal Society de Inglaterra,  se señale que su meta es "buscar la gloria del Creador y el alivio del estado del hombre" siendo estos los principios básicos sobre los cuales se formó dicha agrupación. El alivio del estado de la humanidad se vio reflejado en la búsqueda de la aplicación práctica de ella. De esa manera, la ciencia pura se llevó a campos concretos como la agricultura, la industria, la navegación, la medicina, entre otros.

 

Ha alcanzado el 0% de esta lección
0%