Lo que afirma mi compañera es muy cierto, es frecuente caer en la tentación de anteponer la popularidad a la necesidad de exigir cuentas puesto que la relación laboral tiende a convertirse en una amistad, así que muchas veces por no chocar con una persona a la cual apreciamos preferimos pasarle por alto algunos errores y no corregirlos sin tener en cuenta que quien está obteniendo la mayor pérdida es la organización